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El control de malas hierbas en el cultivo del maíz, buenas prácticas para su desherbado

Elementele de bază ale unui program eficient de combatere a buruienilor din culturile de porumb.
Plants
El control de malas hierbas en el cultivo del maíz, buenas prácticas para su desherbado
2024-02-23
Plantas

Aspectos básicos de un programa eficaz de control de malas hierbas en el maíz.

El éxito del control de malas hierbas en el maíz depende de varios factores. El primero y más importante es el conocimiento de la flora de malas hierbas para determinar la elección del control en pre y/o post-emergencia. La segunda clave del éxito es alternar los distintos métodos de control y respetar la dosis correcta para la fase en que se encuentran las malas hierbas.

Para garantizar un control eficaz de las malas hierbas en el maíz, el primer paso es hacer un inventario de la flora de malas hierbas presente. Dependiendo del tipo, la fase y la densidad, la estrategia herbicida será diferente. Sin embargo, una cosa sigue siendo la misma: para mantener una eficacia óptima, el programa debe variar los métodos de acción y, por supuesto, respetar las dosis prescritas. 

 

Conozca su flora de malas hierbas.

Hierbas de verano gramíneas (Digitaria, Shorgun, Stellaria, Echinochloa…), malas hierbas de hoja ancha clásicas del maíz (Datura, Cirsum, Chenopodium, Amaranrtus…) o malas hierbas más difíciles de controlar (Mercurialis, Poligonum, Ciperus, Abutilon, etc.). Por lo tanto, el conocimiento de la flora de malas hierbas es un requisito previo para cualquier estrategia eficaz. En función de las malas hierbas, el programa dará prioridad al control de las malas hierbas en preemergencia y/o postemergencia, a la necesidad de un control específico y a la elección de las moléculas.

 

Preemergencia para las gramíneas, postemergencia para las malas hierbas de hoja ancha.

En el caso de una gran cantidad de gramíneas o una flora mixta con malas hierbas de hoja ancha, recomendamos utilizar un tratamiento herbicida de preemergencia y postemergencia. Si predominan las malas hierbas de hoja ancha, o si hay pocas gramíneas, puede bastar con un programa de post-emergencia con una o dos pasadas. 

 

La humedad y el grado de humedad son factores que influyen en la eficacia.

Las aplicaciones de pre-emergencia deben realizarse lo antes posible después de la siembra, para aprovechar la humedad del suelo, factor decisivo en la eficacia del tratamiento. En postemergencia, el tratamiento debe aplicarse a las malas hierbas muy jóvenes (de 1 a 2 hojas para las gramíneas, de 2 a 4 hojas para las malas hierbas de hoja ancha). En este caso, la combinación de productos con acción radicular y foliar requiere una buena humedad, tanto en el suelo como en el aire. En pulverización post-emergente convencional, los niveles de humedad deben superar el 70%, con temperaturas entre 10 y 25°C en las 48 horas siguientes al tratamiento. Para las malas hierbas de hoja ancha más difíciles, pueden ser necesarias dos pasadas. 
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