El clima lluvioso de mayo exige vigilar los cultivos de cereales, en particular para evaluar el riesgo de contaminación de las espigas por la marchitez por Fusarium y limitar la posterior presencia de micotoxinas en la cosecha. Dado que es tóxico para la alimentación de los humanos y de los animales, si se superan los niveles autorizados bajará la categoría de los cereales.
Los cultivos deben vigilarse regularmente para controlar el nivel de susceptibilidad a las enfermedades y limitar los daños, en particular en una situación de mayor riesgo (cuando se siembra el cultivo en suelo sin labranza o en presencia de variedades sensibles). La vigilancia debe incrementarse aún más en un contexto en el que se está examinando la reducción de los niveles de desoxinivalenol (DON).
También en una situación de mayor riesgo, como se puede esperar para este mes dadas las condiciones, puede resultar necesaria una intervención fungicida. Entre las sustancias activas fungicidas, las especialidades a base de triazoles, como el tebuconazol, por ejemplo, permiten luchar de forma eficaz contra el hongo Fusarium graminearum y, al mismo tiempo, mantener una buena relación técnica y económica.